Este
jueves 31 de mayo, cinco nuevos talentos pasaron de ronda en la primera noche
en Santa Cruz de Soñando por Cantar, el programa que conduce Mariano Iúdica en
El Trece. El clima
–inferior a los 8 grados bajo cero- fuera del gimnasio municipal contrastó con
el calor y color que los más de cinco mil sureños le imprimieron a la gala del
certamen que hace cantar al país. El jurado, compuesto por Valeria Lynch,
Patricia Sosa, Alejandro Lerner y Oscar Mediavilla, eligió a los siguientes
finalistas: el profesor de música Andrés Arelli, la de danzas Débora Vargas, la
joven madre Daniela Vallejos, el boliviano Johny López y el ambientalista
Franco Ramírez.
EL PROFE
MIRÓ EL VASO LLENO
El
profesor de música de Río Gallegos Andrés Arelli había tenido el compromiso de
abrir la noche mientras fuera del establecimiento el termómetro registraba 8
grados bajo cero. Cantó “Vasos vacíos” con su guitarra y fue premiado al tener
las cuatro palancas verdes.
GRACIAS
POR VENIR, DÉBORA
De Pico
Truncado llegó una profesora de danzas dispuesta a cantar: Débora Vargas.
Eligió “Ojalá”, de Silvio Rodríguez, para sorprender a sus ídolos: los jueces.
Le temblaban las piernas pero una vez que terminó, Valeria y Patricia la
consolaron con un gran abrazo. “Buenas noches a los inseguros, que saben que
pueden seguir creciendo porque tienen con qué”, dijo Alejandro Lerner. La
participante relató cómo recorrieron por las peligrosas rutas escarchadas los
más de mil kilómetros para presentarse: “Nos salimos del camino en un momento y
Dios sabe por qué no tuvimos un accidente”.
DE
CALETA CON AMOR
Daniela
Vallejos, estudiante de Caleta Olivia, presentó públicamente a su bebé de 4
meses. Alma, la niña en cuestión, quedó anonadada con el conductor de Soñando
por Cantar mientras mamá interpretó “Qué será de ti” (Thalía). Después regó de
ternura al programa vocalizando canciones infantiles para Alma tal como lo hace
en la intimidad del hogar. “Fue un broche de oro para la noche”, dijo Valeria.
Johana
Hoyos, oriunda de la misma ciudad, da clases de música en un centro municipal
con tan solo 21 años y comentó que no pudo traer a El Calafate a su hijo porque
tuvo que pedir ayuda económica para poder viajar.
EL
AMBIENTALISTA ENAMORADO
Un
ambientalista de Piedra Buena también se animó a “El amor es más fuerte”, la
banda sonora de Tango Feroz. Franco Ramírez dejó bien claro que el “amor es más
fuerte” porque no sólo cantó bárbaro sino se le declaró a una amiga. El
santacruceño contagió a Valeria, que le mandó un beso a su marido de la emoción.
La onda expansiva llegó a Mediavilla, que le dijo a Patricia: “Es mi compañera
de ruta y por eso es mi amor”.
BUSCANDO
EL ÉXITO LEJOS DE CASA
¿Qué
puede hacer un boliviano suelto en El Calafate? Sí, cantar. Con un charango,
Johny López homenajeó a Víctor Heredia con su hit “Ojos de cielo”. Lerner –en
nombre del jurado- reconoció el amor a sus compatriotas. “Cantar en un mismo
cielo significa mucho para mí. Soy metalúrgico, vine por un trabajo, me enamoré
del lugar y me quedé”, comentó el participante.
Dos
casos similares conmovieron a los asistentes: el remisero jujeño Marcos Pérez
le dedicó su actuación a San Pedro, su pueblo natal, e interpretó “Paisaje”
(Vicentico); por su parte, la chaqueña Eva Mariel –asistente de un odontólogo-
comentó que encontró en la Patagonia su “lugar en el mundo” y eligió como
repertorio el clásico y emotivo “Sombras nada más”.
EL
MAPUCHE QUE CONMOVIÓ A TODOS
Un
descendiente mapuche de Pico trunado, José Sáez, le cantó a sus tres nenas
“Amutuy soledad” y extendió la característica y colorida bandera de los pueblos
originarios. Alejandro Lerner se salía de la vaina y declaró: “Cuando vos
cantás es mucho más importante tu mensaje que cualquier cosa técnica que
podemos decir. Nosotros debemos integrarnos a los pueblos originarios y no al
revés”. Patricia Sosa agregó: “Para convivir debemos aprender a pedir perdón.
Son dueños de esta tierra y tienen todo el derecho de mantener su cultura. Un
toba me dijo si podía traerle unos árboles porque había un desmonte
impresionante y él se dedicaba a la medicina con ellos. Tenemos que pregonar
devolverles el árbol, el idioma y todo”. Sáez se despidió homenajeando a Hugo
Giménez Agüero y puso de pie a todo el público en un grito unánime: “Cerro de
mi Patagonia”.
UNA GALA
PARA TODOS LOS GUSTOS
Además
de éstos casos destacados, pasaron por la escena un empleado de la construcción
local Gustavo Calisaya y su guitarrista Marcelo Becerra (“Zamba de mi
esperanza”); la admiradora de Sandro Lorena Also (“Yo te amo”); una mujer
mariachi cuyo nombre artístico es “La Machi” (“Adelita”); el metalúrgico Franco
Dacal (“Dejame llorar”, Ricardo Montaner); los hermanos de Río Gallegos Macarena
y Mauricio Álvez (“Volver a amar”, de Quique Santander); el pícaro vendedor de
ropa Sebastián Chávez (“Así no te amarán jamás”, La Barra); y Daniela Trujillo
que ganó una apuesta con sus amigos al quedarse con el pañuelo de Iúdica.
Crédito
fotos: César Martínez, DPM El Calafate.
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