sábado, 2 de junio de 2012

Corte Suprema resolvió respetar la decisión del joven testigo de Jehová y no habrá transfusión


La Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió esta noche que se respete la voluntad de Pablo Albarracini, el joven que está en coma y que por su creencia religiosa como testigo de Jehová se niega a recibir una transfusión de sangre.


La abogada Mariana Gallego, que representa a Jorge Albarracini, padre del joven, que presentó el amparo para que su hijo pueda ser transfundido, dijo a Télam que "la Corte otorgó prioridad al principio de reserva de la Constitución Nacional por el cual la Justicia no tiene jurisdicción sobre los actos privados de las personas".

El máximo tribunal ordenó hoy a sus peritos médicos que le remitan el informe sobre el estado de salud, indispensable para que los jueces puedan tomar una decisión.

De esta manera se esperaba que la Corte termine con el proceso que se inició el 5 de mayo cuando el hombre de 38 años fue baleado durante un robo e internado en la Clínica Bazterrica donde permanece inconciente.

La gravedad de su estado de salud hace necesario que reciba transfusiones de sangre, de acuerdo al criterio de los médicos de la clínica, pero su esposa desde hace cinco meses, Romina Carnevale, se negó.

La mujer presentó una declaración firmada hace cuatro años por su esposo en la que pide que no le realicen transfusiones de sangre ya que su religión se lo prohíbe.

Ante esta situación el padre del joven se presentó ante la justicia con el asesoramiento de Gallego y logró que el caso llegara a la Corte.

El máximo tribunal solicitó a los médicos forenses que informen sobre el estado general de salud del joven, sobre la necesidad de transfundirlo y también sobre cómo se verá afectada su vida futura si se utilizan métodos alternativos.

Pablo Albarracini tuvo que ser intervenido quirúrgicamente dos veces, la última, el viernes pasado ya que presentaba seis hemorragias internas que pudieron ser controladas por los médicos de la Clínica Bazterrica.

Los médicos que lo atienden informaron ayer que los análisis de sangre indican que Pablo adolece de una anemia grave, con muy bajo hematocrito (de 14,5 contra 45 o 50 deseable) y hemoglobina (4,3), que los médicos quieren llevar al menos a 7 con la transfusión.

La hermana de Pablo, Natalia, dijo a Télam, desde la ciudad chubutense de Esquel, donde reside, que Pablo "necesita urgente la transfusión de sangre para salvarle la vida".

"Amo a mi hermano, respeto sus creencias, pero necesita la transfusión, y si bien firmó el consentimiento para no recibir sangre, creo que si pudiera comunicarse y entender que corre peligro su vida, cambiaría de opinión", aseguró.

Para Eduardo Burga Montoya, psiquiatra y legista, "el valor de la vida es mayor que la creencia de una persona; ninguna concepción religiosa puede ir en contra de la protección de la vida".

El especialista junto al médico forense Oscar Ignacio Lossetti escribió el artículo "Los testigos de Jehová: praxis médica, aspectos, bioéticos y jurisprudencia".

"La mayoría de los fallos respetan la decisión de la persona de no recibir transfusión, otros ponen freno si hay daño a terceros y ante el caso de este hombre me pregunto: ¿no se daña a sus hermanos, a su padre si se lo deja morir?´" reflexionó el especialista en diálogo con Télam

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