La Corte Suprema
de Justicia de la Nación resolvió esta noche que se respete la voluntad de
Pablo Albarracini, el joven que está en coma y que por su creencia religiosa
como testigo de Jehová se niega a recibir una transfusión de sangre.
La abogada Mariana Gallego, que representa a Jorge
Albarracini, padre del joven, que presentó el amparo para que su hijo pueda ser
transfundido, dijo a Télam que "la Corte otorgó prioridad al principio de
reserva de la Constitución Nacional por el cual la Justicia no tiene
jurisdicción sobre los actos privados de las personas".
El máximo tribunal ordenó hoy a sus peritos médicos que le
remitan el informe sobre el estado de salud, indispensable para que los jueces
puedan tomar una decisión.
De esta manera se esperaba que la Corte termine con el
proceso que se inició el 5 de mayo cuando el hombre de 38 años fue baleado
durante un robo e internado en la Clínica Bazterrica donde permanece
inconciente.
La gravedad de su estado de salud hace necesario que reciba
transfusiones de sangre, de acuerdo al criterio de los médicos de la clínica,
pero su esposa desde hace cinco meses, Romina Carnevale, se negó.
La mujer presentó una declaración firmada hace cuatro años
por su esposo en la que pide que no le realicen transfusiones de sangre ya que
su religión se lo prohíbe.
Ante esta situación el padre del joven se presentó ante la
justicia con el asesoramiento de Gallego y logró que el caso llegara a la
Corte.
El máximo tribunal solicitó a los médicos forenses que
informen sobre el estado general de salud del joven, sobre la necesidad de
transfundirlo y también sobre cómo se verá afectada su vida futura si se
utilizan métodos alternativos.
Pablo Albarracini tuvo que ser intervenido quirúrgicamente
dos veces, la última, el viernes pasado ya que presentaba seis hemorragias
internas que pudieron ser controladas por los médicos de la Clínica Bazterrica.
Los médicos que lo atienden informaron ayer que los análisis
de sangre indican que Pablo adolece de una anemia grave, con muy bajo
hematocrito (de 14,5 contra 45 o 50 deseable) y hemoglobina (4,3), que los
médicos quieren llevar al menos a 7 con la transfusión.
La hermana de Pablo, Natalia, dijo a Télam, desde la ciudad
chubutense de Esquel, donde reside, que Pablo "necesita urgente la
transfusión de sangre para salvarle la vida".
"Amo a mi hermano, respeto sus creencias, pero necesita
la transfusión, y si bien firmó el consentimiento para no recibir sangre, creo
que si pudiera comunicarse y entender que corre peligro su vida, cambiaría de
opinión", aseguró.
Para Eduardo Burga Montoya, psiquiatra y legista, "el
valor de la vida es mayor que la creencia de una persona; ninguna concepción
religiosa puede ir en contra de la protección de la vida".
El especialista junto al médico forense Oscar Ignacio
Lossetti escribió el artículo "Los testigos de Jehová: praxis médica,
aspectos, bioéticos y jurisprudencia".
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