Abel
Barría y Virginia Mendoza son los propietarios del mítico Hotel “Cañadón León”,
llamado así en homenaje al antiguo nombre de la localidad de Gobernador
Gregores, por su cercanía al cañadón donde moraban gran cantidad de pumas
americanos, llamados comúnmente leones.
Se trata de una construcción que fue
“hecha a pulmón”, tal cual lo cuenta don Abel, quien es hijo de las entrañas de
Gobernador Gregores. “Somos gente humilde, de padres honestos, con
responsabilidad para el trabajo”, dice.
Padre de cuatro hijos nunca se quedó
quieto. “Les enseñé que hay que cumplir y tener responsabilidad en el trabajo.
Todos empezaron a trabajar desde temprano. Uno de mis hijos tiene en una
lavandería, el otro tiene una remisería y trabaja en eso. Otra hija se fue a
probar suerte para Río Gallegos, pero sé que el día de mañana estará acá y una
hija adoptiva que se fue a estudiar Córdoba Licenciatura en Turismo. Ya se
recibió y ahora está en Inglaterra aprendiendo inglés. La idea es que se venga
para el sur a trabajar”, contó.
Luego de sufrir muchas vicisitudes con
su hotel, que primero fue un comedor y almacén, abierto en 1979, el presente
encuentra a Barría y su familia con mucha esperanza en lo que vendrá, basado en
su experiencia de los últimos años, en que la actividad minera ha dado un nuevo
impulso a Gobernador Gregores.
“Hace un par de años, aparecieron las
empresas mineras y volví a confía y aposté a eso. Es que con la llegada de
estas compañías todo se comenzó a mover. Yo nunca les pedí nada, solo los
empecé a atender. El salto lo pegué –cuenta el propietario de Cañadón León-
cuando la minera empezó a traer gente, hace cinco años atrás. Metía 120
personas con viandas. Tuve que hacer más cocina, contratar más personal para
poder atenderlos. Incluso hice cinco habitaciones más en octubre. Con lo que
trabajo, aprovecho para ir acondicionando lo que tengo hecho y agregar más,
porque siempre está faltando”, dijo.
“Yo siempre pensé que la minería sería
positiva para el pueblo. Con la presencia de estas empresas, y con la inversión
que se hace en rutas, estoy convencido que Gregores va a seguir creciendo”,
sentenció.
Es que Gregores cuenta con cuatro rutas
que la conectan con toda la provincia y la pavimentación de la Ruta 40 la
coloca en un lugar estratégico para el turismo.
“Las distancias son pocas, y siempre
hay una parada acá. El Estado y las empresas deben trabajar para atrapar al
turista. Hay gente que cree que si se va la minería el pueblo se muere, pero
hay que proyectar para encontrar otras alternativas. Será que yo siempre confío
porque empecé de abajo. Es lo que le digo a los jóvenes, empiecen hoy, no dejen
que venga otro y se meta. Hay que aprovechar ahora que faltan los servicios de
Gregores para instalarse Esta va a ser una localidad grande”,
concluyó.

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